lunes, 16 de noviembre de 2009

Trabajar por la unidad


Ayer concluía la Convención del Partido Popular en Barcelona. La convención puede resumirse en una sola palabra: unión. Puede gustar o no la figura de Rajoy, sobre gustos no hay nada escrito. Lo cierto es que Barcelona le ha dado la confianza perdida y lo ha catapultado hacia las próximas elecciones generales.
Durante los pasados meses casos como el Gurtel y Caja Madrid habían desgastado a Rajoy. También al Partido Popular. Dos nombres han brillado por encima de los demás: Francisco Camps y Esperanza Aguirre. El peso de estos dos nombres viene dado del gran número de votos que las comunidades que dirigen dan al partido. Por eso se han hecho fuertes y han puesto en jaque al líder del partido. Un pulso que sólo ha servido para desunir y provocar una crisis interna.
Teniendo en cuenta los sondeos aparecidos en la prensa tanto Camps como Aguirre se han pasado de frenada. En momentos en los cuales el Partido Popular puede ganar las próximas elecciones generales, no es conveniente ni necesario luchas internas. Se ha demostrado que ambos sólo velan por sus propios intereses y no por la unidad del partido.
Pues bien, la convención de Barcelona ha demostrado que han perdido la batalla. Dentro del Partido Popular caben todos, pero nadie es imprescindible. Ya no importa que alguien no salga en la foto. Lo importante es la unidad y el trabajo conjunto de todos. Los barones de partido seguirán existiendo, pero sin excentricidades. Como hace años dijo Alfonso Guerra: “El que se mueva no sale en la foto”. Esta será la tónica del Partido Popular de aquí a las próximas elecciones nacionales.
Si Rajoy ha salido reforzado en Barcelona, también podemos decir lo mismo de Alicia Sánchez-Camacho. La convención ha sido muy importante para reforzar su liderazgo en el Partido Popular catalán. Un liderazgo que se ha ganado con el esfuerzo y el trabajo. Durante su discurso aportó ideas y estableció una hoja de ruta. Y esto es muy importante para que la gente conozca y sepa que existe otra manera de hacer política. Que existe otra vida después del tripartito. Que se han acabado los excesos y la mala gestión. Que el cambio es posible gracias a políticas centradas en los problemas de la sociedad y no en los intereses personales de unos pocos. Que la sociedad está harta de embajadas y de informes. Que se tiene que dar un golpe de timón e ir hacia políticas sociales para salir de la crisis. Que se debe ayudar a las familias, a las pequeñas y medianas empresas, a los autónomos. En definitiva, un cambio político para construir la Catalunya del siglo XXI.
El Partido Popular será ser clave para la gobernabilidad de Cataluña. Esto es incontestable. Y será clave si mantiene los postulados propuestos en la convención de Barcelona. Y los mantendrá. Alicia Sánchez-Camacho demostró que es un líder sólido y respaldado por el Partido Popular de Catalunya. También lo demostró Mariano Rajoy. Ambos tuvieron un papel fundamental en la convención y este será decisivo de cara al futuro. El cambio es posible y se demostró este pasado fin de semana en Barcelona.

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