Cerca de 300 personas se concentraron ayer en Arenys de Mar para repudiar la política lingüística de la Generalitat, que prevé sanciones económicas para los comerciantes que no rotulen sus comercios en catalán. La protesta, convocada por la entidad "Por una Cataluña en libertad", concluyó con la lectura de lo que ya se conoce como El Manifiesto de Arenys.
lunes, 1 de febrero de 2010
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